Las bodas boutique permiten apostarle a un evento más íntimo y tranquilo. Esta tendencia que parece mantenerse en las próximas temporadas son exclusivas, sencillas, acogedoras y cargadas de simbolismo.
Las parejas se han visto en la tarea de transformar sus matrimonios en reuniones más íntimas, simbólicas y familiares. Razón por la cual las bodas boutique están en furor: celebraciones con menos invitados, más exclusivas y donde priman los detalles personalizados que aumentan la experiencia de los asistentes.
Un matrimonio boutique es una boda pequeña en la que se olvida la lista infinita de invitados, se flexibiliza la organización al no llevar más tiempo que una celebración tradicional y donde prevalece más la calidad que la cantidad. Sin duda, la parejas apuestan cada vez más por esta opción relajada, creando una cercanía y un valor simbólico entre los asistentes gracias a su exclusividad y delicadeza. Son bodas en las que se comparte más tiempo de calidad junto a esas personas que tienen un valor importante en sus vidas.
El formato de las bodas se ha ido renovando y adaptando con el paso de los meses, de ahí que entre las tendencias en matrimonios aparezcan ideas como la de optar por celebraciones con menos protocolos, bodas pequeñas al aire libre y zonas dentro de la recepción donde los invitados puedan relajarse, pues la apuesta es por la espontaneidad y lograr tener una experiencia más natural. Por ello, las bodas boutique no solo permiten esto también que sea una evento más íntimo donde el brindis se realice con las personas más cercanas.
No hay un número exacto de asistentes a las bodas boutique, por lo general, a esta celebración pueden asistir desde cinco o hasta 50 personas dependiendo del objetivo de la pareja. Lo que sí está claro es que esta ceremonia tiene un filtro minucioso, que termina en la mayoría de las ocasiones en los mejores amigos y el núcleo familiar.
Este tipo de celebración casi siempre se lleva a cabo en lugares acogedores: bodas pequeñas en jardín, en una finca, espacios coloniales o una boda pequeña en la playa. Por ello, al ser lugares íntimos, se hace indispensable contar con el distanciamiento entre las mesas y las medidas de bioseguridad del caso.
Las flores, velas y la decoración vintage son predeterminantes en estas celebraciones. Pueden además sorprender a sus invitados con kits de aseo que servirán como suvenires y espacios tranquilos con una alta carga de naturaleza, etc.
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