Cómo conservar las argollas de matrimonio
Te tomas el tiempo para elegir con tu prometido las argollas del matrimonio, y lo mínimo que esperas, es que te duren muchos años. Este pequeño accesorio brillante se convierte en un símbolo importante para su vida de pareja.
Al comprar tus argollas, es importante prestar mucha atención a los materiales utilizados en su fabricación.
Esto tendrá un impacto directo en la conservación futura de los anillos. De hecho, se recomienda unas argollas con un peso mínimo de 3,750 gramos de oro, a ser posible de oro blanco. Preferiblemente la aleación debe ser de 18 quilates.
Ese hermoso anillo está en tu dedo, todo el mundo tiene recetas para limpiar, cuidarlo y protegerlo. Es aquí cuando aparecen las mágicas y antiguas recetas de las abuelas para el cuidado en las argollas. Unas pueden recomendarte lavarlo con pasta de dientes, otras poner el anillo bajo el chorro de agua caliente, o usar un cepillo de dientes suave con jabón para eliminar la grasa y sacarle brillo, o por el contrario otras te recomendarían frotarlo con un paño especial.
Guarda tus joyas en un lugar limpio y seco, hasta tus joyas se pueden rallar entre ellas. Siempre guardarlas en cajas forradas de tela, fieltro, compartimentos divididos o en bolsas separadas. Si prefieres puedes utilizar las cajas comunes o puedes envolver cada pieza individualmente en papel de seda suave.
También eres consciente que las argollas estarán expuestas a golpes o a pequeños roces que no se pueden evitar y que puede hacer que el anillo pierda su atractivo con el pasar del tiempo. Por eso, es necesario tener precauciones al realizar ciertas actividades como trabajos de jardinería, deporte y limpieza, entre otros.
Procura no usar tu argolla en el gimnasio o actividades de entrenamiento, ya que con cualquier movimiento brusco, puedes golpearla y rallarla, así mismo, el lavar las manos con jabón, de forma constante, ocasiona desgastamiento del brillo del metal.
Mantén tu anillo alejado de químicos de limpieza como el cloro, limpiadores y acetonas, puesto que contienen sustancias químicas que afectan gravemente la piedra preciosa, e incluso materiales como el oro y la plata. Es fundamental que no utilices ningún agente químico de limpieza sin saber el daño que puedes hacer a la claridad de un diamante ya que puede ser irreversible.
Aunque resulte difícil, se debe evitar la exposición excesiva al agua, que pueden dejar depósitos minerales, debilitar o causar desprendimiento de piedras preciosas.
Esperamos que eses trucos les funcione y puedan mantener sus argollas como nuevas para siempre...
