Ha llegado el momento de hablar sobre uno de los temas que más preocupan y emocionan a partes iguales a las novias en todo el mundo, la elección del vestido. Elegir cuál será el vestido que nos acompañará en nuestro gran día es una actividad llena de ilusión, dudas y pruebas por la que toda novia debe pasar para conseguir su traje perfecto.
Antes de elegir el vestido de novia, debes de tener claro algunos aspectos de tu boda como dónde se realizará, si será al aire libre o en un espacio cerrado, de día o de noche, la estación del año, el estilo de la boda, qué tan formal o casual es, etc.
Sea como sea vuestro vestido, nunca os olvidéis de pasarlo lo mejor posible durante el proceso ya que eso generará los recuerdos que tengáis de esta etapa el día de mañana.
El primer consejo que os queremos dar para que podáis elegir vuestro vestido es, sin ninguna duda, que antes de empezar a buscar dejéis volar vuestra imaginación. Cuando nos planteamos casarnos, más o menos todas tenemos una idea aproximada de cómo nos gustaría que fuese nuestro vestido.
Aunque más adelante acabemos por comprar un vestido diferente, o no, es importante disfrutar de todos los pasos y un buen punto de partida puede ser dibujar en una hoja nuestro vestido soñado. No hace falta tener conocimientos de dibujo ni diseño, simplemente, plasmamos en un papel todo lo que hay en nuestra cabeza.
No hace falta gastarse un dineral para tener un vestido de novia bonito y tampoco debemos tener miedo a comunicar nuestro el presupuesto en todas las tiendas o talleres que visitemos. Así, solo nos enseñarán vestidos dentro de nuestro rango de precios y evitaremos tentarnos con vestidos de gamas superiores.
También hay que tener en cuenta que, además del vestido vamos a necesitar otros accesorios y complementos como los zapatos, el velo, las joyas, por lo que no conviene gastarnos todo el presupuesto en el vestido sin tener en cuenta estos gastos adicionales.
Debemos que tener en cuenta si la ceremonia y la celebración se harán en una playa, en una iglesia, en un jardín, en una casona. Adaptar el vestido a la localización y al estilo concreto de la boda es imprescindible para que todo vaya en consonancia con el tipo de boda que queremos.
Así, podemos anticiparnos comprando una chaqueta que cubra los hombros para ceremonias religiosas en iglesias, evitar vestidos demasiado aparatosos para las bodas en la playa o llevar un vestido demasiado formal en una boda más desenfadada.
Para escoger tu vestido de novia, no podemos ni precipitarnos en exceso, ni demorarnos demasiado para escogerlo. Una vez que tengamos la fecha y el lugar de la boda sería un buen momento para empezar a ojear revistas, buscar inspiración e ir probándonos diferentes modelos y estilos.
Normalmente, para que os hagáis una idea, se suele empezar a buscar el vestido de novia entre un año y diez meses antes de la fecha.
Para escoger vestido de manera sencilla lo más práctico es llevar con nosotras a gente de máxima confianza, mejor si no son más de dos personas. Tener demasiadas personas opinando sobre nosotras no es bueno, ya que nos puede generar más indecisión. Hay que tener claro que por encima de todo está tu gusto.
Sea como sea, intentar huir siempre de las imposiciones y no te dejes llevar por prejuicios absurdos y anticuados: si prefieres casarte con un vestido de color, en vez de con uno blanco, no dejes que nadie te quite la idea.
Para valorar un buen vestido es importante ver que te dé
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