Antes de que inicien los planes de que lleguen los niños a la casa, viajen muchísimo. No se detengan y tampoco encuentren límites en sus aventuras.
No queremos aseverar que una vez que lleguen los hijos tendrás que olvidarte de todo esto todavía no tenemos niños, lo que sí podemos asegurar es que ahora es cuando tienes la oportunidad de comer como te gusta, de conocer tus restaurantes favoritos, de no fijarte en la cuenta, de disfrutar un buen vino y dejarte llevar por los sabores más extraordinarios. En serio, no hay nada tan perfecto como comer y hacerlo bien.
Créenos, luego tu celular estará plagado de fotos con tus hijos, pero mientras llegan aprovechen cada segundo para capturar lo mejor de su historia de amor. No es necesario que compartas absolutamente todo en redes sociales, sino que tengas ese deseo de tomar tu celular y admirar por horas esas fotos que definen todo lo que te mueve día tras día.
Sí, ya sea con sus amigos o ustedes solos, aprovechen las noches de viernes y los fines de semana para conocer bares y lugares espectaculares. Déjense llevar por la magia de cómo pasan las horas y por esa bonita sensación de no tener ningún tipo de obligaciones en su casa. Vivan su vida como si fueran novios, no hay nada mejor.
Subestimamos el poder que tiene el sueño, pero cuando lleguen los hijos te olvidarás de la sensación de haber dormido 8 horas diarias por lo menos. Así que, disfruten de los fines de semana y días de descanso para cubrirse con las cobijas, olvidarse del mundo y dormir todo lo que puedan, etc.
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