Comienza los preparativos con un buen plan de belleza, que incluya una piel hidratada y un bonito pero moderado bronceado. Y escoge un perfume especial para ese día. Un olor elegante, sensual, afrutado y delicado perfecto para las bodas de verano.
Si tienes pensado casarte en verano, no dejes de planificar tu boda al aire libre. Preferiblemente por la tarde aprovechando que los días son más largos y para evitar las altas temperaturas de las primeras horas del día y preferiblemente con vistas al mar.
Invade tu boda de color. Deja que las flores tengan su protagonismo y decántate por un estilo tropical.
No te olvides de la iluminación. Los espacios al aire libre requieren una iluminación muy cuidada. Puede que pienses que los rosarios de luces están ya muy vistos, pero la verdad es que nunca se pasarán de moda. Su efecto es siempre de lo más evocador.
Y que tu outfit refleje verdaderamente el verano. Nada de mangas largas tupidas, salvo que te cases en el norte donde la manga larga no solo tiene sentido sino que es necesaria, escotes super cerrados y zapatos tipo salón. Vestidos vaporosos de espaldas infinitas y sandalias o alpargatas de tacón.
Escoge con mucho mimo el catering y adapta el menú a las temperaturas de esta época del año. Nada de platos copiosos y de difícil digestión.
Que el verano está para saltarse el protocolo, apuesta por la naturalidad. Adiós a la rigidez de otras épocas del año que claman por una mayor rigidez. Aboga por un protocolo relajado y divertido que haga hincapié en el verdadero espíritu del verano, la libertad, etc.
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