San Valentín es la fiesta del amor y qué mejor forma de celebrarlo que dándose el sí quiero en un día tan especial.
Las bodas de invierno son preciosas y si además elegís un día tan significativo como el 14 de febrero para celebrar la vuestra, lo tendréis todo de vuestra parte para que vuestro día tenga una dosis extra de romanticismo, el que aportará a vuestra boda el día de San Valentín.
Dos símbolos que no pueden faltar para tematizar la boda son el color rojo y los corazones, los iconos del amor por excelencia, a partir de aquí comenzamos con las ideas que os pueden ayudar a preparar este gran día.
El color rojo es sin duda el color del amor y del día de San Valentín. Hacer que este color esté presente de alguna manera como hilo conductor de la ceremonia es una gran idea para que los invitados capten la idea.
Mandad un poco de amor a vuestros invitados con invitaciones que hagan pensar en San Valentín, en forma de corazón, rojas y blancas, con un corazón troquelado o estampadas. Y extendedlo al resto de papelería de la boda.
Adoptad el rojo o el rosa como color base para la decoración en la boda. Se pueden combinar con blanco para que no resulte tan pesado. También podéis usar el blanco como base y acentuar detalles con el color de ambos que hayáis elegido.
Recibid a vuestros invitados con un cóctel de bienvenida de color rosa. Desde un sencillo cava o vino rosado a un combinado más dulce hecho con frutos rojos.
Las rosas rojas son las flores más románticas por excelencia. Que tu ramo de novia y los prendidos sean de esa flor. Si tienes damas, utiliza para ellas rosas de otro color.
Los vestidos de tus damas de honor en rojo son una opción llamativa, brillante y preciosa que contrastará con tu vestido blanco. Y a los niños que llevan los anillos y las arras como pequeños cupidos, arco y flechas divertidas con punta de corazón incluidas.
Pronunciad vuestros votos bajo un arco de flores rojas o rosas. Si la ceremonia es religiosa, decorad con ellas el altar y la entrada a la iglesia.
Que la mesa de dulces o de postres siga los colores rojo o rosa y blanco, desde las chuches hasta el pastel de bodas, los cupcakes o las galletas.
El pastel es una pieza clave y puede estar inspirado en el amor. No tiene porque ser rojo para referirse al amor, puedes incorporar una flecha dorada sobre una tarta totalmente blanca, o incorporar flores naturales en tonos rojos. Recuerda menos es más.
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